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martes, 15 de marzo de 2011

COMO HACER UNA BUENA FELACION





Para realizar una felación conviene no olvidar las zonas que son más sensibles en el pene: el glande y, sobre todo, el frenillo. Y lo que conviene olvidar es esa imagen difundida por las películas pornográficas donde la chica introduce el pene en su boca hasta llenarla por completo y hacerlo llegar hasta la garganta. Eso es muy vistoso en la pantalla, pero puede ser desagradable para la mujer (aunque a la que le guste..., adelante), nauseoso, y, por si fuera poco, no añade nada excitante al estímulo que recibe el pene..

Al tener que estimular sobre todo el frenillo para excitar al hombre y llevarlo al orgasmo, hay que tener en cuenta el tipo de acción que hay que aplicar para conseguirlo con la mayor eficacia posible.


Si el hombre no tiene su pene mutilado (circuncisión), puede retraerse el prepucio para proporcionar un estímulo más directo, pero no es imprescindible. También se puede iniciar una buena felación estimulando la zona con el prepucio colocado en su sitio. Habrá ocasión para que este se retraiga espontáneamente o bajo la hábil acción de la felatriz.

No es necesario, ni aconsejable, intentar llevar al hombre al orgasmo desde el primer momento. Puede comenzarse con caricias suaves, destinadas a elevar la excitación para añadir complejidad al estímulo con el paso del tiempo. Sin embargo, no hay que olvidar que el cuerpo del pene no proporciona estímulo alguno a los hombres. Se puede besar el glande, incluso el frenillo, lamer con la lengua con una acción similar a la de chupar un helado, o introducir esa zona en la boca para que reciba el estímulo del aro formado por los labios y su continuidad constituida por la lengua y el paladar superior.

Dentro de ese canal formado por el paladar y la lengua, la chica puede realizar movimientos de coito que estimulen la zona del mismo modo que lo haría una vagina. Hay que saber que la lengua ejerce una presión más útil sobre el frenillo que el paladar y, bastante más, que los carrillos. Alternar ese movimiento con las caricias anteriores añadirá excitación al momento.

Conforme el chico se va animando puede sentir la tentación de agarrar la cabeza de la chica y realizar movimientos de coito dentro de la boca de ella, o mover la cabeza de la chica para lograr la misma clase de movimiento. Es un error. Porque los chicos no controlan así la profundidad de la penetración y la chica puede atragantarse con facilidad. Si el chico quiere que se le practique una felación ha elegido un papel pasivo, debe dejarse hacer; lo que significa que el control lo tiene ella. Déjala hacer.


Con frecuencia, los avances y retrocesos que la chica hace con ese canal formado por los labios la lengua y el paladar no son un estímulo suficiente para que los chicos se exciten o lleguen al orgasmo. Conviene no olvidar que puede añadirse a ese canal, el formado por la mano. De ese modo combinado, aumenta la longitud del canal estimulante y se ejerce el estímulo más efectivo para el pene. Otras veces se trata de alternar los estímulos proporcionados por la lengua y la boca con los de la mano. No olvidar tampoco que hay hombres que son incapaces de terminar sólo con el estímulo oral y necesitan que en los momentos finales de la felación la actividad se ejerza exclusivamente con la mano.

A esas acciones puede añadirse la de las caricias sobre los testículos y el ano. Pero tal cosa debe negociarse de antemano porque hay chicos a los que las caricias en los testículos no les dice nada o les molesta el estímulo del ano. Para hacer esto último con eficacia, sería aconsejable disponer de un preservativo en el dedo, lo que permite una caricia más suave e, incluso, penetrar el ano y ejercer una acción simultanea de masaje sobre la próstata.

La postura en la que se realiza la felación es importante. Todo lo que se ha dicho hasta aquí puede hacerse de un modo más o menos espontáneo si él está de pie y ella arrodillada. Sin embargo, esta disposición puede ser frustrante para los chicos, que desearían no tener que estar pendientes del tono muscular de sus piernas y disfrutar de las caricias sin temor a caerse por relajarse demasiado, y humillante para las chicas, que pueden sentirse como esclavizadas en esa postura (aunque eso no le pase a todas). La mejor manera de que un chico disfrute más de la felación es sentado o acostado boca arriba. La chica debe buscar siempre la postura donde pueda acoplar sin complicaciones la lengua al frenillo del chico, porque el paladar no ejerce el mismo tipo de acción.
Algo que conviene acordar antes de comenzar es qué se va a hacer con el semen cuando el chico llegue al orgasmo. Es posible que a la chica no le satisfaga demasiado recibirlo en su boca. Entonces él deberá avisar cuando esté llegando al orgasmo para que ella extraiga el pene de su boca y continúe el estímulo sólo con la mano. El lugar donde caiga el semen es algo que también convendrá tener previamente acordado.

Si a la chica no le importa recibir el semen en su boca, no hay problema. Puede tragárselo si quiere (un semen sano es un producto limpio y estéril), aunque eso ni quita ni añade placer al chico; sólo demuestra una mayor proximidad física y una mayor comunión emocional entre ambos.

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