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martes, 15 de marzo de 2011

RELATO EROTICO DE ELLA

Son las 3.13h de una noche cualquiera en la que estoy desvelada, quizá porque ha llegado la primavera o quizá porque hoy me siento especialmente caliente… y estoy sola… me he animado a explicar una historia cualquiera sobre mis amigos….
Para empezar, voy a presentarnos. Mi nombre es Marta. Soy una chica de 24 años de Barcelona, rubia, alta, de piel muy blanca y con las típicas pecas por la cara. Tengo el pelo rizado, no muy largo y un cuerpo delgado con muchas curvas y, en especial, con unas tetas talla 90 y bien formadas, con unos pezones por los que más de uno se ha vuelto loco. Tengo siempre a mi lado a Sonia, una catalana de 29 años, pero que parece una niña inocente (aunque sólo lo parece!!). Es algo más bajita que yo, con unos pechos pequeños y prietos, una piel trigueña y un culito saltón que enloquece a toda testosterona andante. A parte de nosotras, está Ruben, un argentino morenazo, con la eterna barba de dos días y ese acento que me vuelve loquita… a Pedro, el único español. Es trigueño, alto y bastante flaco, con un pelo revoltoso color café y unos ojos, con esas pestañas infinitas y de un color indefinido que enmarcan una mirada viva, rápida y penetrante.
Aunque nosotros 4 somos inseparables, también vamos siempre con un montón de gente variopinta, muy internacionales nosotros… no somos ni pijos, ni grunges, ni gente fashion… somos jóvenes dispuestos a divertirnos a lo máximo, con una mente muy abierta, insaciables con la fiesta...
Os voy a explicar una rebanada de nuestra vida, en la que todos (ya sea porque estábamos en época de primavera, por los astros o la marea) estábamos todos especialmente morbosos, calientes y revoltosos.
Un sábado cualquiera, salimos de fiesta. A petición de Pedro (era su 29º cumpleaños) fuimos a una discoteca gay, porque él se tenía que reunir con unos amigos allí. A Sonia y a mí nos encantan especialmente las discotecas gays, y siempre nos acabamos desmadrando más de lo normal. Al entrar, el ambiente estaba caldeado. Se respiraba excitación por todos los poros de la piel. Pedro se encontró con los amigos que buscaba
A mí (siento decirlo, pues no será muy políticamente correcto) el ron que me bebía ayudaba a ponerme cada vez más caliente, con ese sabor dulzón que recorría mi lengua y bajaba por mi cuello… con cada trago me ponía más lujuriosa… se que a Sonia le pasa lo mismo y cuando cruzamos los ojos en la pista de baile, las dos estábamos a mil… empezamos a tontear bailando, como siempre hacemos, bailando pegadas, con nuestros pechos rozándose y nuestros húmedos coñitos cada vez más cerca, al ritmo de la música…seguíamos bailando y bebiendo, riendo y buscando…nos acariciábamos, no solo por escandalizar, sino porque al fondo nos apetecía el roce de nuestros cuerpos… en un par de ocasiones, nuestros los labios y nuestras lenguas se fundieron en un húmedo beso, jugando la una con la otra, su lengua de niña inocente con mi lengua… todo al ritmo de la música, todo en el límite entre el juego y la lujuria… cuando de pronto se nos unieron Ruben y Pedro al baile. Sonia y yo seguíamos frente a frente, Ruben estaba en la espalda de Sonia y Pedro se me puso pegado a la mía… Seguíamos el ritmo de una canción que ahora no puedo recordar, bailando los 4, con ese eterno juego de las noches de fiesta locas… Ruben me sobó mis tetas que ya estaban duras, y luego buscó las de Sonia y jugó con sus pezones un rato para bajar luego por su cuerpo… Veía la cara de mi amiga, con esa mirada que sólo tiene ella, en la que consigue combinar una casta inocencia y una escandalosa lujuria. Nos mirábamos a los ojos y yo me reía, mientras sentía el inconfundible bulto que me rozaba el culo: la polla de Pedro, que ya estaba dura, y la apretaba contra mí, con sus manos en mis caderas y sus labios mordiéndome el cuello, con su incipiente barba raspando sobre mi fina piel (sabe que eso me vuelve loca). Entre el calor, el ron, aquellos besos, el roce de su polla y sus manos que jugueteaban ahora con mis pechos, yo estaba apunto de fundirme. Mi coño palpitaba, mi respiración de entrecortaba y mi lengua estaba desesperada por posarse sobre la suya… conseguí girarme y nos empezamos a comer la boca de una forma desesperada, olvidando por momentos el resto de la gente.
En algún momento, volvimos a la realidad, nos reímos y volvimos a la barra, dónde encontramos al resto de la gente… aquello no había acabado… Tomamos unos tragos más, riendo, hablando y bailando entre nosotros. Me había fijado que estaba Cristóbal, un chileno al que conocía de otras veces y siempre nos habíamos tirado miradas demasiado indiscretas. Hablaba con un tal Carlos, un bombonazo con unos labios que prometían bastante. Nos quedamos hablando hasta que cerró la discoteca, Ruben se ligó a una tía despampanante, así que cuando salimos me las arreglé para compartir el taxi con Cristóbal y Carlos. Durante el trayecto estuvimos hueveando… yo seguía muy caliente por mi roce con Pedro, y quería más… Cristóbal me puso una mano en el muslo y comentó que ya que no estábamos cansados, que nos fuéramos a tomar la penúltima en su casa, a lo que aceptamos enseguida tanto Carlos como yo.
Una vez llegamos, nos sentamos en el sofá los tres, con una copa de vino y algo de trip hop ambiental… No se quien empezó, pero en menos de un segundo yo tenía la lengua de Cristóbal jugando con la mía, mientras Carlos me besaba la espalda y bajaba la mano por mi vientre, se abría paso por los pantalones, el tanga y encontraba, ¡¡por fin!! mi coño, que hacía tiempo que estaba suplicando acción. Me eché el cuerpo para atrás para besar a Carlos, que estaba jugando con mi clítoris, haciendo suaves círculos sobre él, haciendo estremecerme de placer… la camiseta y el sujetador habían desaparecido en algún momento – no me pregunten cuando – y Cristóbal tomó la copa de vino y me la echó lentamente por encima… el líquido bajó por mi cuello, entre mis pechos, llegó a mi ombligo y mojó el minúsculo tanga. Luego con su lengua empezó a besarme y lamer por dónde el vino había pasado, bajando lentamente… me quitó los pantalones y esperó un segundo jugueteando en mi vientre antes de quitarme el tanga, luego se despojó de él rápidamente y me empezó a comer mi hambriento coño… yo gemía de placer, mientras besaba y mordía aquellos labios carnosos de Carlos. Me corrí como una loca rápidamente, pues hacía tiempo que mi cuerpo estaba buscando fiesta. Luego, Carlos y Cristóbal me ayudaron a darme la vuelta, quedando este último a mis espaldas y yo frente a Carlos… Vi la polla de Carlos, que se la estaba masajeando… Era preciosa y estaba dura y brillante. Sin pensármelo me la metí en la boca, y oí el grito ahogado de placer que le produjo… le estaba mamando la polla, jugando con sus huevos, que me los iba metiendo en la boca… la masajeaba con la mano…le pasaba mi lengua por su tronco, jugando con mi pírcing, sorbía su capullo, y luego me la volvía a comer entera…. olía y sabía a sexo… Mientras, Cristóbal, me penetró fuertemente, cosa que me hizo estremecer… me acariciaba la espalda con una mano, y con la otra, se humedeció bien un dedo y me lo metió en el culo, mientras daba círculos… estaba apunto de estallar del placer que sentía…a medida que avanzaba el ritmo, me metió dos dedos… luego tres… yo seguía el ritmo de sus embestidas mientras le hacía una rica mamada a Carlos… Me sentía como una puta, y esto me encantaba… sus embestidas fueron cada vez más feroces, el ritmo cada vez más intenso… el calor que tenía en el cuerpo me abrasaba… era delicioso sentirme penetrada por ese hombre… la sensación de su polla que me tomaba… los dedos en mi culo… aaaahhhh…cuando ya no pudo más y se corrió… en el mismo momento, Carlos soltó un grito ahogado y empezó a verterme todo su esperma en mi boca… para en aquel entonces, yo ya había disfrutado de un par de placenteros orgasmos… nos quedamos a dormir los tres en la cama de Cristóbal… desnudos y abrazados…
El día siguiente, llegué por la tarde a mi casa… durante la mañana estuvimos hablando, comiendo, besándonos y pensando en futuros encuentros…me sentía realmente hecha polvo, por lo que decidí no salir por la noche. A eso de las 8, Pedro me invitó a cenar en su estudio, como muchas veces hemos hecho… y no pude negarme… preparó la cena y abrió una botella de vino… estuvimos hablando y riéndonos los dos en el sofá… me encanta la relación que tengo con Pedro porque es relajada y excitante a la vez… Cuando ya no quedaba vino en la botella, nos servimos unos Balantines en las rocas y empezamos a jugar al juego del “nunca nunca” (al que estoy segura que vosotros ya habréis jugado varias veces)… que acabó desembocando en los detalles de una história que tuvo una noche con Sonia. A pesar que ya la sabía de sobras, su forma de contarla me excitó… no sé si fue por su acento, por el vino que llevaba encima… me imaginaba esos dos cuerpos que yo tanto conocía entrelazados… besándose, con el coñito de Sonia pidiendo más… me contaba los detalles, los olores, los comentarios lascivos que se hacían… mientras hablaba su respiración era entrecortada… yo me humedecía los labios… me empecé a acariciar los pechos… me abrí los botones de los pantalones y me metí la mano dentro para encontrarme con un clítoris que pedía juego a gritos… Pedro seguía hablando y sonriendo, detallando como le penetraba a Sonia… se divertía y excitaba al ver mi estado, y eso me ponía todavía más caliente… y me metí los dedos porque estaba ya apunto de correrme… Entretanto, él se sacó su polla que ya estaba apunto de estallar… estaba completamente dura y brillante… podía oler el olor a sexo que emanábamos los dos, todavía separados… retardando el momento… empezó a meneársela suavemente mientras me seguía contando la historia con una voz cada vez más lujuriosa… con ese acento argentino que tenía… hablaba casi susurrando, con la voz entrecortada… yo le miraba su sexo y seguía imaginándolo con Sonia… estaba ardiendo, mis dedos ya no me eran suficientes, así que en un momento me senté a horcajadas encima de él y en menos de unos segundos mi coño engulló su pene con rapidez, mientras nuestros labios fundidos ahogaron el grito… le pedí que siguiera hablando… que me contara más… mientras cabalgaba encima de él, medio recostado en el sofá… me narraba cómo Sonia le comió la polla… cómo la penetró por detrás… cómo se arqueaba su espalda con cada embestida… cómo ella movía las caderas rítmicamente… cómo subió y subió el ritmo… los gemidos, los olores, los sudores, las súplicas… cada vez más rápido… cada vez más caliente… hasta que al final estallé y empecé a correrme… Pedro se calló por primera vez, soltó un acallado gemido y se corrió conmigo… caímos rendidos al sofá… sudorosos… y nos acariciamos un largo rato, susurrando todo para que no se cortara el ambiente… hasta que al final nos quedamos dormidos.
Poco después de eso, llegó una de las noches más esperadas: la noche de la Revetlla de Sant Joan. Nosotros habíamos planeado ir a casa de uno de nuestros amigos, en la Costa Brava, justo frente a una pequeña e íntima cala. Nos aprovisionamos de un arsenal de comida, alcohol y algunas drogas para recibir el solsticio de verano. Fuimos unas 15 personas en total en varios coches. En el que fui yo, estaba con Sonieta, Pedro y Ricardo. Nos pasamos mucha parte del viaje fumando, hablando sobre la fiesta y escuchando música. Ricardo iba conmigo sentado en el asiento de atrás. Era el más reciente de nuestras adquisiciones, un chico un poco reservado pero con cierto sex-appeal. Todavía no había tenido nada con él, salvo cuatro tonteos en noches de fiesta. Todavía.
Hacía un calor bastante insoportable aquél día, y el coche no tenía aire acondicionado, así que el ambiente estaba ya bastante caldeado. Yo llevaba unos shorts cortitos y una camiseta escotada. Mi piel estaba húmeda por el calor y algo ruborizada, no sólo por la temperatura, sino por las miradas de aquel brasileiro, que me estaba invitando a un territorio no explorado todavía… Tenía una mirada profunda, enmarcada por aquellas tupidas pestañas y una media sonrisa que prometía más de lo que me decía… jugaba con mis pies y mis tobillos, mientras seguíamos hablando y riendo hasta llegar por fin a la casa… Cuando salí del coche, supe que aquella noche lo pasaría a lo grande.
Cuando aterrizamos todos, ya estaba cayendo la noche, así que nos apuramos para preparar bien la fiesta: hicimos una gran fogata en la playa (como debe ser), pusimos en una mesa las bebidas y la comida que habíamos traído. Unos cuantos fueron a por hielo, en el pueblo que estaba a 3 km de la casa y se preparó una mesa de música en la que nuestro amigo Felipe, un dominicano encantador, tranquilo y buena onda, haría de dj durante toda la noche. Mientras preparaba la comida, estaba con Sonia. Le conté lo que pasó entre Pedro y su polvo, y nos reímos a lo grande. Sé que ella también lo ha hecho a veces. Explicarnos nuestras relaciones, entre nosotras o con nuestros amigos, es algo que siempre nos pone mucho a tono.
El cielo estaba maravillosamente despejado, y cuando comenzó la fiesta pudimos ver un precioso despliegue de estrellas, que en Barcelona cuesta encontrar. El ambiente estaba bastante caluroso. Aquella noche era la Revetlla de Sant Joan. Es una noche mágica. Hay algo en el aire, en la gente… una locura especial que sólo ocurre esta vez en todo el año. Es mi noche preferida. Siempre lo ha sido.
Yo llevaba puestas una faldas bien cortitas y un bikini azul celeste. No hacía falta más ropa. Se podían ver mis muslos bien contorneados que tanto había mirado Ricardo durante el viaje y mis pechos bien formados, cubiertos sólo por un pedacito de ropa… mis pezones estaban duros… tenía la cara radiante, el pelo con todos los rizos revueltos…Iba a ser una gran noche.
Empezó a correr la comida, la bebida, la coca y algunos besos (tanto castos como perversos). La música se expandía fantásticamente por toda la playa, y la hoguera producía un calor excitante y propiciaba un ambiente de luz y sobras, en el que nos movíamos todos, bailando, saltando, riendo, abrazando…
En algún momento de la noche me quedé sola con Ricardo hablando junto la hoguera, mientras algunos la saltaban por enésima vez. Estaba radiante, nunca lo había visto así. Llevaba puesto sólo unos jeans gastados. Sin camiseta, se podía apreciar el torso desnudo que, aunque flaco, estaba bien fibrado. Empezó a tocarme los pies, como en el coche, pero poco a poco, se adentró por las piernas y los muslos… Tenía aquella mirada fijada en mi… mi corazón latía cada vez más fuerte… notaba palpitaciones en mi húmedo sexo… y él seguía masajeándome los muslos… cada vez más descarado… cada vez más insinuante… y seguía con aquella mirada fijada en mí… mientras hablábamos de la inmortalidad del cangrejo y otras cuestiones de interés. El ron y la coca que me había tomado, bullían por mi sangre… la música arrastraba nuestra mente… ya no hablábamos, sólo nos mirábamos y sonreíamos… nos invitábamos mútuamente a dar el primer paso, aunque ninguno de los dos quería porque disfrutábamos demasiado del momento… veía el bulto que crecía bajo sus jeans, alargué una pierna y puse mi pie sobre su sexo… Ricardo soltó un tímido gemido… empecé a mover el pie, masajeando su polla por encima de la tela… notaba cómo crecía… notaba gran su tamaño… arañó mi muslo con sus uñas… tenía la boca entreabierta, los labios húmedos… yo tenía ya todo el cuerpo ardiente… me había olvidado de la fiesta… me había olvidado de…
Sonia y Pedro y otros tres. Me cago en la puta!! Llegaron justo en este momento. Ebrios perdidos, chillando y riéndose a carcajadas… Nos miramos con Ricardo y nos pusimos a reír como locos… Bebimos un poco más de ron… un poco de maria… y tomamos la democrática decisión de irnos al agua!! A pesar de que las corrientes son bastante fuertes, y que no nos podíamos fiar de nada, dado nuestro estado, no entramos mucho. Lo justo para remojarnos y huevear un rato. El contacto con aquella agua fría me sentó de maravilla. Sentía el sabor salado en mis labios, el contacto de las olas en mis muslos y mis pechos… Mientras estábamos jugando todos, Ricardo y yo nos acercamos, buscando lo que antes no nos dejaron terminar.
Sin aviso alguno, nos fundimos en un beso eterno. Nuestras lenguas se entrelazaron. Notaba el sabor a sal y a ron… sus labios eran carnosos y me encantaba morderlos lentamente… Sus manos bajaron hasta mi culo y empezó a apretarme hacia él… sentía el bulto de su entrepierna sobre mi sexo… Me besó en el cuello y luego bajó hasta mis pechos, apartó el bikini y empezó a besarlos y morderme los pezones. Yo tenía las uñas clavadas en su espalda, le pasaba las manos por su pelo mojado… Nos separamos un poco de la gente, y nos tiramos en la arena… Él estaba encima mío, y yo lo envolvía con mis piernas… su sexo estaba duro, pero quería seguir jugando… nos continuamos besando y acariciando … Luego liberó su pene y me penetró al momento que me daba un tierno beso … Tenía la polla muy grande, muy gruesa… pero no tuvo ningún problema para entrar: yo hacía tiempo que estaba esperándola… empezó un rico vaivén, mientras yo seguía acariciándole los pectorales y él me susurraba al oído lo caliente que estaba y lo mucho que lo había estado esperándolo… sus embestidas eran fantásticas… le pedía más… ya no podía susurrar nada, simplemente intentar respirar ante semejante calentura… la sangre me ebullía por las venas, sentía el roce con la arena en mi espalda… siguió y siguió… ya no podía mas… aaaaahhhhhhhh… me corrí como una loca un par de veces antes de que él por fin se corriera también y se rindió tendido entre mis brazos… nos quedamos unos minutos eternos tirados en la arena, con las olas del mar en los pies… recuerdo que pensé que parecía una puta película… era fantástica aquella sensación…
Al rato volvimos a la hoguera, y con las risas y las miradas, no hizo falta decir nada a nadie… nos quedamos hablando todos, mientras estaba recostada encima suyo y él me abrazaba con ternura y me acariciaba los brazos, el cuello y el pelo. Continuamos bebiendo y fumando maría, con la música de fondo, hasta que salió por fin el sol… al rato nos volvimos poco a poco a la casa, dónde conseguimos dormir un poco… Con Ricardo dormimos juntos, abrazados y exhaustos.
El siguiente día descansamos todos hasta tarde, comimos algo y nos regresamos a Barna. Teníamos que recuperarnos porque no quedaba mucho hasta el próximo fin de semana… y nadie sabe lo que puede pasar!!

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